sábado, 21 de agosto de 2010

Mis Canciones Ecológicas

Para Antonio Brack Egg



El Perú es mendigo
Sentado en un banco de oro
- dijo Raimondi –



Y seguimos pensando
Que lo exótico es mejor que lo nativo,
Que lo tradicional es sinónimo de atraso,
Que la ley existe para transgredirse,
Sólo cuenta la riqueza inmediata
/ a cualquier costo.
El interés individual prevalece
/ sobre el interés común.
El ambiente es el basurero
/ de los deshechos.

Y ¿ Qué fue del guano de la isla ?
Del caucho?
De los bosques depredados?
De la anchoveta?
Del petróleo?
De la vicuña?
De los minerales?
De la cochinilla?

Y ¿ Qué será del gas de camisea ?














Mis Canciones Ecológicas


Alrededor de los años 70 se despertó mi inquietud por conocer las relaciones de la especie humana con el planeta que habitamos.
Hasta entonces tenía una mirada virginal -casi paradisíaca- de la vida en el planeta azul y esto se había originado en los libros de geografía humana y en EL MUNDO PINTORESCO.
En la universidad fue cambiando mi óptica y pude apreciar mejor las relaciones del ser humano con su entorno geográfico.
Los libros de Celso Furtado me hicieron conocer las economías de "enclave", esto es, la superexplotación de los recursos naturales hasta su agotamiento desequilibrando de este modo, los ecosistemas y todo esto a pedido de los países industrializados.
Para el Perú fueron el guano de isla, luego el salitre que ocasionó la Guerra del Pacífico, el caucho en la amazonía y en la década prodigiosa (1960) la depredación se dirigió a los ricos bancos de anchoveta de nuestro mar territorial, llegamos a ser campeones mundiales en la producción de harina de pescado; esto trajo consecuencias desastrozas tanto para el ecosistema de nuestro mar que se desequilibró llegando a perjudicar tanto la actividad pesquera como a las personas dependientes de esa actividad.
La más afectada directamente fue la población de aves guaneras, llegando a migrar a las ciudades costeras y a disminuir enormemente por falta de alimento.
En 1974 compuse una canción dedicada al sol, eje de nuestro sistema planetario y Dios de muchas culturas y civilizaciones.


El Sol


Para todos sale el sol
se refleja en el agua.
Da alegría a los campos
y los pájaros cantan.
El sol no es egoísta
aunque camine solo.
El sol ríe contento
porque nos da alegría.
Señor sol, señor sol
le dicen en el campo.
Las gentes que lo quieren
y le tienen cariño.
Y le ofrecen sus choclos,
sus pescados, su vino,
antes de que se vaya
porque duerme en el mar.







Es una canción dedicada, sobre todo, a los niños, por eso destaqué en ella al valor positivo contra el egoísmo

"El sol no es egoísta
aunque camine solo.
El sol ríe contento
porque nos da alegría".

En cierta ocasión Luis Felipe Alarco declaró a la prensa que el egoísmo es una de las peores lacras heredadas de la Colonia. Nadie está contento con el éxito de los demás. "Perro del hortelano" le dicen al que no come ni deja comer.
La poesía me condujo de las Silvas de Andrés Bello al camino que va de Alma América de Chocano al Canto General de Neruda, para detenerme en Arbol Adentro de Octavio Paz. Pero el verso de José Martí:

“El universo anda mejor que el hombre” me invitó a reflexionar sobre la vida de la especie humana en el planeta tierra, para concluir en que lamentablemente es el hombre la más depredadora de las especies y el peligro de su propio exterminio está en directa relación con su desmedida ambición de poder y su casi total desrespeto por la naturaleza.
En un ensayo de Guy Davenport, titulado: “El Símbolo de lo Arcaico”, se refiere al poeta Charles Olson en los términos que siguen:
“Olson ve crecer y perecer a las civilizaciones contra un continuo de la naturaleza, aunque es lo suficiente moderno para saber que los períodos de la naturaleza no son eternos; simplemente son mucho mas largos que los de las civilizaciones. La naturaleza tiene sus propias ruinas, desiertos y tierras inundadas”.
La ecología es la ciencia que nació de la depredación que el hombre ejerce sobre la naturaleza, y busca investigar las causas de los desastres que el mismo hombre le ocasiona.
Son muchos los intereses creados en la explotación de los recursos naturales, por eso han surgido movimientos como Greenpeace entre otros, que defienden a la gente y a las demás especies animales y vegetales de los ataques y violaciones ocasionados por el hombre y las industrias.
Hay personas que dedicaron su vida a la noble defensa de esta causa, siempre en el ejercicio de su ciencia y su saber.
Algunos nombres son: Bárbara D`Achille, Maria Koepcke, Jacques Cousteau, Marjory Stoneman Douglas, entre muchos otros. A ellos también he dedicado algunas de mis canciones con la finalidad de ayudar a perpetuar su legado en la memoria de la gente.











Barbara D'achille













Bárbara D'Achille fue una brillante periodista dedicada al conocimiento y preservación del medio ambiente, actividades que ocuparon los últimos años de su vida.
Además de ejercer el periodismo cultivó el arte y dejó una colección de acuarelas realizadas entre Iquitos, Lima y Pucallpa, donde pudo captar en su esplendor el paisaje de costa, sierra y selva.
Bárbara D'Achille nació en Debele cerca de Riga (Letonia), el 3 de marzo de 1941. Su madre Daina Treimanis era excelente pintora y su padre Olgert Bistevins, músico profesional que migró con su familia a Suecia. Fue contratado en Buenos Aires (Argentina) como Director del Teatro Colón y así Bárbara pudo concluir sus estudios de bachillerato. En 1961 ella vino a Perú a trabajar en la línea aérea Panagra. Conoció a quien sería su esposo al Sr. Maurizio D'Achille, con quien tuvo dos hijos: Daina y Fabrizio. Después de un tiempo, debido a la ocupación de su esposo, la familia D'Achille se trasladó a la selva, y el itinerario fue Pucallpa, Iquitos, Pucallpa.
Luego se establecieron en Manaos (Brasil) en 1977, donde residieron casi tres años. Bárbara asimiló bien los cinco años que vivieron en la Amazonia, y al volver se estableció definitivamente en el Perú, saliendo del país, esporádicamente, por motivos de investigación.
En diciembre de 1986 recibió el Premio Koepcke de Conservación al Periodismo Nacional.
A continuación algunos extractos del discurso que pronunció en esa ceremonia: "Es para mí un honor recibir el Premio Koepcke y doy las gracias a todas las personas que tuvieron que ver con la decisión de otorgármelo. Los esposos Koepcke son un modelo de excelencia, un modelo que todos tendremos siempre como meta. Por sus estudios y enseñanzas sobre aves peruanas, por su dedicación a la divulgación de los conocimientos científicos, María Koepcke es un ejemplo de entrega a la noble tarea de fomentar la conservación de la naturaleza. Su desaparición ha dejado un vacío que será muy difícil de llenar.
He dicho mil cosas de mi vida pero no soy ni periodista ni bióloga. Lo que sí, siempre me ha fascinado la naturaleza: ver crecer una planta, observar el comportamiento de un animal. Y soy tremendamente curiosa. Quiero saberlo todo y leyendo y preguntando he ido aprendiendo poco a poco.
Otro factor determinante en mi trayectoria es haber vivido durante 18 años en la selva. El constante contacto con la naturaleza, la soledad que experimenta quien vive en provincias -soledad que uno suele llenar con reflexiones y pensamientos- y las expectativas que se originan al vivir en un medio que no es Lima, acrecentaron mi interés por descubrir los secretos del ambiente que me rodeaba.
Pero el impulso definitivo se originó en el descalabro del que he sido testigo viviendo en Pucallpa, luego en Iquitos, posteriormente en Manaos y nuevamente en Iquitos y Pucallpa, he visto a través de los años la destrucción y el deterioro de ese medio ambiente que fui conociendo cada vez más íntimamente. Y esto me produjo preocupación, un sentimiento de impotencia y, cada vez más, una tremenda indignación.
No podía quedarme cruzada de brazos viendo la destrucción que un mal llamado desarrollo traía consigo, me resultaba cada vez más frustrante y desesperante.
Comencé a investigar la marcha de diversos proyectos. Encontré algo positivo: el cultivo de frutales nativos amazónicos en Iquitos. También hallé algo negativo: la extracción maderera en el Bosque Nacional Von Humboldt de Pucallpa. Logré entrevistarme con funcionarios y burócratas. Al final no sé si resulta tan desventajoso ser mujer: es quizá por eso que muchos me recibían. Una mujer, ama de casa, sin títulos ni profesión, no representa una amenaza para nadie y, por eso mismo, desaparece esa atmósfera cargada de reservas que llega a surgir cuando el entrevistado siente que el entrevistador puede competir con él.
Pero necesitaba llegar al público con la información que iba acumulando.
¿Cómo hacerlo?
Felipe Benavides me presentó a Enrique Zileri de la revista CARETAS y al Dr. Alejandro Miro Quesada, del diario EL COMERCIO. Pero lograr que publicaran mis notas era difícil. Muchas se quedaron sin publicar, y puedo decir con sinceridad que nunca nadie tendrá idea de las odiseas que pasé para lograr que mis primeros artículos llegaran a la imprenta.
Finalmente, propuse al Dr. Alejandro Miro Quesada hacer una serie de artículos sobre la selva. Le dije nadie sabe nada en Lima sobre la selva. Me contestó que tenía razón. Posteriormente, y como mis artículos eran largos (y yo no los iba a acortar si pretendía explicar algo, no solamente dar una noticia), me propuso que escribiera un artículo semanal, en una página creada ex profeso: ECOLOGÍA.
Realmente, había comenzado a escribir por indignación, para desahogar de alguna manera mi frustración y sin mucha esperanza de lograr motivar la conciencia de la gente. Como leí por ahí, despotricar es a veces muy saludable.
Pero me encontré con Roberto Almandós, jefe de las secciones crónicas, metropolitana y de casi todas las secciones especiales de El Comercio. Fue la persona que me guió, aconsejó, criticó y me dio ánimos cuando sentía que me "ahogaba en un vaso de agua" como él decía. Su entusiasmo por la naturaleza y la necesidad de protegerla han sido fundamentales en el éxito de la página. Como jefe, colega y amigo, le quedo eternamente agradecida. La acogida que ha tenido el tema de ecología y conservación demuestra que el público estaba sediento de saber, especialmente sobre temas relacionados con el Perú: ya fueran los detalles de la interrelación que establecen plantas y hormigas en la selva, o sobre las peculiaridades de las aves que habitan en la costa, o la potencialidad productiva que encierran los andenes en la sierra o los camellones en el altiplano. Su conclusión, conocer más acerca de los temas peruanos, de los recursos naturales nuestros.
Hasta hace pocos años no existía realmente un movimiento de conservación de la naturaleza en el Perú. Pero creo que ahora sí lo hay. Y hay tanto por hacer, que podemos ser muchos más. Trabajando en conjunto o por separado, en Lima o en provincias, debemos encarar el reto de formar un movimiento lo suficientemente fuerte como para que los políticos y el público no lo puedan ignorar. Pero lo importante es que tenemos que trabajar unidos por la causa conservacionista. Tenemos amigos, mucho por hacer".
Esta magnífica mujer conservacionista fue asesinada por militantes de Sendero Luminoso el 29 de mayo de 1989 en las alturas de Huancavelica.
La noticia aparecida en El Comercio del domingo 4 de junio 1989, dice lo siguiente:
"PERIODISTA E INGENIERO fueron a la mina en forma casual. Huancavelica, 3 (por Javier Ascue, enviado especial).
"Los tres sobrevivientes del atentado terrorista ocurrido en Tinyaclla, el ingeniero Hugo Cabezas, el obrero Juan Condori y el chofer Hugo Villafuerte, declararon hoy a la policía sobre los sucesos que terminaron con la vida de una periodista de El Comercio y un ingeniero de Corde-Huancavelica.
Se ha establecido que el equipo que integraban Bárbara D'Achille y Esteban Bojórquez llegó en forma casual a la mina Marta.
También se sabe que los subversivos antes de asesinar a mansalva a los profesionales los interrogaron por separado.
Algunas versiones señalan que a la periodista de "El Comercio" la interrogó un encapuchado que dejaba ver los lentes claros que usaba.
Tinyaclla, a 4,800 m.s.n.m., está habitado por pastores, pequeños ganaderos y mineros.
Comuneros de la zona manifestaron que las dos víctimas de la insanía subversiva presentaban moretones en diversas partes del cuerpo así como también impactos de bala en la sien.
Dijeron que ese miércoles alrededor de 40 subversivos habían tomado la mina Marta, congregando a mineros y pobladores del lugar, a quienes exigieron la entrega de 8 cajones de dinamita.
Cuando ya dejaban la mina fueron advertidos de la presencia de una camioneta con 5 ocupantes. Uno de los cabecillas ordenó que 8 sediciosos retornaran para interceptar el vehículo.
Los ocupantes de la camioneta se dirigían a la mina para adquirir gasolina y asegurarse un buen abastecimiento pues proyectaban internarse hasta la zona donde se ejecuta el Proyecto Especial de Camélidos Sudamericanos.
Relatos recogidos por las autoridades indican que cuando el grupo fue interceptado, los atacantes les solicitaron documentos.

B D’A insistentemente indicó ser periodista.

En cuanto al ingeniero, se sabe que sus captores abrieron el maletín que llevaba, en la mano, encontrando una boleta de su trabajo en la que se disponía su viaje a la zona del proyecto en misión de trabajo.

La periodista y el ingeniero fueron separados del grupo y a los otros 3 se les dijo que podían abandonar la zona, indicándoles que no voltearan en ningún momento. Luego fue incendiada la camioneta.
Las dos víctimas, al parecer, fueron llevadas 2 kms lejos de Tinyaclla, hasta dar alcance al resto de la columna senderísta, fueron asesinados tras varias horas de ser secuestrados".

Adrián Forsyth ha señalado que Bárbara no se amilanó ante los riesgos que entrañaba su trabajo, "la última vez que la v me comentó que estaba investigando las consecuencias ambientales del tráfico de cocaína. Le preocupaba la enorme influencia política que los "barones de la droga" obtenían mediante su poder económico, lo que les permitía, entre otras cosas, talar grandes extensiones del bosque amazónico para instalar ranchos ganaderos".
"Bárbara murió en su ley y peruanos de toda clase y condición social expresaron su aflicción y dolor. En las escuelas se compusieron poemas y se fundaron clubes de ecología en su homenaje".
"El legado de Bárbara es enorme. Esta mujer de origen europeo, con limitada formación profesional, se adentró en las complejidades que caracterizan al trópico, enfrentándose en su camino con las presiones que recaen en quiénes ejercen el periodismo, con los rigores que imponen los remotos y desolados parajes que le tocó recorrer y con la inicial indiferencia del público; y triunfó en la medida en que se convirtió en la voz y conciencia públicas en la lucha por la conservación de esa naturaleza que tanto defendió". ( * )






( * ) Bárbara D'Achille KUNTURSUYO. EL TERRITORIO DEL CONDOR.
Banco Latino / Editorial Peisa. Lima 1994.





Bárbara D’Achille
(vals)




Bárbara, Bárbara, Bárbara D’Achille

Con una sensación de bienestar
quedaste presa de su inmensidad.
Entre las sierras con sus nevados
viste las aves, peces alados,
los climas tan variados y la gente
milenios de existencia en el presente.

Y así la maravilla de colores,
de aves, mariposas y flores.
Salir hilos y mantos de las manos
de los orfebres y las tejedoras
y al otro lado la miseria ardiendo
La gente pobre cada vez creciendo.
Ciudades y campos, ríos y montañas,
y un mundo removido padeciendo.

Eran los años de descubrir
que todo el orbe puede morir.
Ver a la vida vuelta a surgir
donde otros quieren sólo destruir,
y hablaste de los bosques incendiados
por qué había campos anegados;
aguas descompuestas y atmósferas infestas;
el aire que da vida en deterioro.

Algo hay que hacer
para rehacer
la vida que se está pendiendo.
Quiero soñar mi humanidad
unida como un gran concierto.

Bárbara, Bárbara, Bárbara D’Achille











Transcripción melódica de: Luis Justo Caballero














PAJAROS
Dedicado A Maria Koepcke




















María Mikulicz-Radecki de Koepke, nació el 15 de mayo de 1924 en Leipzig. Estudió Zoología en Estrasburgo continuándolos en Giessen y posteriormente en la Universidad de Christian Albrecht donde se dotoró. Llegó a Perú en 1949 y contrajo matrimonio con Hans Koepcke; junto a su esposo desarrolló una obra valiosa de investigación en el campo de la ornitología y biología. Murió en un accidente aéreo en la selva peruana el 24 de diciembre de 1971.






Nací en la costa norte: en Lambayeque. A mi ciudad también se la conoce como la Ciudad Evocadora porque en ella se gestó la Independencia del Perú.

Sus fértiles valles son invadidos por manchas de garzas blancas que graznan con su elegante vuelo ralentando entre la niebla que cubre los verdes arrozales.
Al cruzar los coloches o al bañarnos en los ríos apreciamos el canto del chilalo, del ruiseñor, del canario, del tordo y de tantas otras aves cuyos nombres se mantienen hace más de 200 años.
En la obra TRUJILLO DEL PERÚ. SIGLO XVIII del obispo Baltazar Martínez Compañón (Fundación del Banco Continental, Lima 1987) la ornitóloga Irma Franke ha escrito el capítulo III: "Avifauna norteña en las acuarelas de Martínez Compañón" donde podemos leer que: "Las especies que encontramos en las láminas son una muestra de todo el territorio y ambientes que comprendía el obispado de Trujillo en el Siglo XVIII. Entre las 44 especies determinadas encontramos 9 aves características de la costa, como el "huerequeque", Burhinus superciliaris, y la "urraca", cyanocorax mystacalis" (p.116).
Pero también se aprecia en la lámina 43 al "chilalo", Furnarís leucopus cinnamomens, y en la lámina 41 hallamos a la "Paca Paca", Glaucidium peruanum, mencionada por Vallejo en su poema Los Arrieros.
La lámina 46 registra un ejemplar macho del "Huanchaco" Sturnelle Bellicosa o "Peche colorado" de quien la gente lugareña comenta que "cuando aparece de pecho trae buena suerte y lo contrario sucede al mostrar su espalda".
El folclore y la canción popular tratan a las aves metafóricamente, representando a través de ellas situaciones amorosas: decepciones por ausencia del ser amado o por falta de amor, tristezas, y, en menor medida, el éxito amoroso.
También destacan alguna cualidad propia del ave como en el huayno cusqueño El Picaflor, o en el vals costeño EL ZORZAL, o en el huayno Picaflor Tarmeño, y también en la marinera chiclayana Huerequeque.
Estudié secundaria en el Colegio Nacional San José de Chiclayo (1961-1965). En las horas libres nos llevaban al teatro del Colegio para asistir a la proyección de películas educativas.
Recuerdo una de ellas sobre la vida y obra del músico francés Oliver Messiaen que llamó mi atención por tratarse de un artista que iba al campo a observar a las aves y a escuchar sus cantos para de alguna manera incorporarlos en sus obras.

Henry Barraud (Para comprender as músicas de hoje. Ed. PERSPECTIVA. São Paulo, 1975) ha señalado que Messiaen desde muy joven estuvo atento a esa música de la naturaleza. Dotado de un oído extraordinario por lo extremadamente agudo y habituado por su propia música a descubrir en una línea melódica las menores variaciones rítmicas, llegó a identificar el canto de centenas de especies de pájaros diferentes y a notarlos según nuestros métodos habituales, lo que lo llevó a tomar como unidad rítmica valores extremadamente breves y a interpretarlos en nuestro sistema modal que, de otro modo, no podrían entrar en él en estado puro.
Los pájaros no conocen nuestras escalas y, para fotografiar exactamente su canto, sería necesario dividir, en mucho más de 12, los sonidos de la octava.

Las piezas que compuso para orquesta como Le Rehábil des Oiseaux (El Despertar de los pájaros), nos proporciona una especie de documento sonoro, al mismo tiempo que una composición elaborada.

Pero el mejor resultado a que llegó Messiaen en ese campo es la pieza para pequeña orquesta denominada Oiseaux exotiques (pájaros exóticos).
La poesía amorosa es un ingrediente importante en la formación de la personalidad adolescente y así fue como leí las Rimas y Leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer, y ahora pasados los años, pregunto: ¿Quién que las haya leído no recuerda?



“Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala en sus cristales,
jugando llamarán.

Pero aquellas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha al contemplar;
aquellas que aprendieron nuestros nombres,
esas... ¡no volverán! (LIII).



Alguien ha señalado que las golondrinas de Bécquer son los propios latidos del corazón del poeta en trance de escritura y, Carlos Cortinez graficó el sentido del vuelo de las golondrinas sobre la blanca página, sugiriendo así, que más allá de las palabras, pero siempre en el entorno que el poema ha creado, las golondrinas continúan su vuelo.

En Chile leí la obra completa de Neruda tan penetrada como está de naturaleza y me di cuenta de la importancia que el poeta da a las aves, p.e., en el Canto General y esto se debe a que Neruda era un ornitólogo apasionado, poseído del privilegio de reconocer a las aves en pleno vuelo identificando sus voces.

En los años 70 Neruda publicó ARTE DE PÁJAROS en edición de lujo con ilustraciones de Mario Toral. Algunos poemas fueron musicalizados por Ángel Parra. En mi memoria quedaron grabados los versos de EL VUELO.



"El mundo es una esfera de cristal,
el hombre anda perdido si no vuela,
no puede comprender la transparencia.

Por eso yo profeso
la claridad que nunca se detuvo
y aprendí de las aves
la sedienta esperanza,
la certidumbre
y la verdad del vuelo"




Hasta entonces ignoraba por completo los poemas de John Keats y fue leyendo un artículo de Rosamel del Valle que creció mi interés por conocerlos. Cito de memoria la frase con que Rosamel comenzaba su artículo: "Pensar equivale a sufrir ha dicho el poeta John Keats en su Oda al Ruiseñor".

En realidad la Oda a un Ruiseñor de John Keats fue motivada por un ruiseñor que en la primavera de 1819 construyó su nido en la casa del vecino de Keats. Al poeta le agradó su canto, pero lamentablemente atravezaba un período difícil porque hacía unos meses había fallecido su hermano Tom y esta pérdida lo sumió en una casi muerte en vida.

Si bien es cierto que Keats expresa la alegría o felicidad que le ha proporcionado el canto del ruiseñor, de un lado; de otro, la huella funesta de la desaparición de su hermano, seguramente lo condujo a ver al ruiseñor en la eternidad, o también, en la atemporalidad propia de la muerte.

































Oda A Un Ruiseñor

Me duele el corazón e invade mis sentidos
un torpor indolente, cual si hubiese bebido
cicuta, o apurado denso opio hace un instante
y hubiese descendido las aguas del Leteo;
y no porque envidiase tu dichoso destino
sino por ser feliz entre tu propia dicha,
pues tú, Dríada alada que en los árboles vives,
en melodioso bosque
de sombras infinitas y de verdes hayedos,
le cantas al estío con henchida garganta.

¡oh, si beber pudiese de esas frescas vendimias
largo tiempo enfriadas en la tierra profunda,
con el sabor de Flora y los verdes campos,
de danzas provenzales y júbilo soleado!
Oh, bebiera yo un vaso lleno del sur ardiente,
colmado del más puro hipocrás sonrosado,
con burbujeante espuma perlando hasta los bordes,
y púrpura los labios;
que pudiera beberlo y abandonara el mundo,
perdiéndome contigo en la umbría del bosque.

Y perderme muy lejos, disiparme olvidando
lo que tú entre las hojas por nunca conociste:
el cansancio, la fiebre, y también el enojo,
aquí donde los hombres gemir se oyen sentados;
donde el torpor sacude sus últimos cabellos,
donde la juventud muere pálida y magra;

donde pensar nos colma tan solo de congoja
y duro desespero,
y donde la Belleza no irradia con sus ojos,
y el nuevo amor no dura más allá de mañana,
¡Lejos, muy lejos! Porque he de volar contigo,
no en el carro de Baco que arrastran sus leopardos,
sino en la Poesía, la de las alas invisibles,
aunque el torpe cerebro se confunda y retarde;
¡ya me encuentro contigo! porque tierna es la noche,
y tal vez en su trono esté la Luna Reina,
y en derredor sus Hadas, el enjambre de estrellas;
pero aquí luz no existe,
salvo la que el cielo con las brisas desciende
por lóbregas verduras y musgosos senderos.

No puedo ver qué flores junto a mis pies se encuentran,
ni cuál incienso suave que flota entre las ramas,
pero en las perfumadas tinieblas adivino

las dulzuras que brotan en el mes de sazones:
a hierbas, a espesuras y a frutales silvestres;
a los albos espinos y rosas pastoriles;
a la violeta efímera cubierta por las hojas;
y a la reina de mayo,
a la rosa almizcleña henchida de rocío
y enjambres murmurantes en las tardes de estío.

Escucho entre las sombras; y pues ya tantas veces
estuve enamorado de la Muerte apacible,
dándole dulces nombres en meditados versos,
para que así elevara mi suspiro a los aires;
¡ahora más que nunca es la muerte propicia,
partir a medianoche sin ninguna congoja,
mientras vas derramando el alma toda tuya
en éxtasis inmenso!.

Aunque ya no te oyera seguirías cantando
tu canto vasto y fúnebre a quien ya es solo polvo.
¡Oh pájaro inmortal, morir no es tu destino!
No habrás de ser hollado por hambrietas progenies;
la voz que ahora escucho, en la noche que avanza,
ya antaño fue escuchada por reyes y gañanes;
tal vez el mismo canto que descubrió una senda
al corazón de Ruth, cuando al sentir nostalgia,
irguióse sollozándo entre el trigal ajeno;
el canto que hechizara las mágicas ventanas
abiertas a la espuma de mares peligrosos,
por las tierras desiertas del país de las hadas.


¡Desierto! ¡Esta palabra dobla como campana,
me separa de ti y me vuelve a mí mismo!
¡Adios! La fantasía embaucarme no puede
cual de este elfo engañoso nos señala su fama.
¡Adios! ¡adios! Tu antífona lastimera se aleja
más allá de estos prados, sobre arroyos callados,
subiendo la ladera; y se pierde en la hondura
de los valles vecinos.
¿Es que fue una visión o el sueño de un despierto?
Ya la música huyó, ¿duerno o estoy despierto? (*)


(*) Ricardo Silva Santisteban. El Ciervo en la Funete. Ed. Pedernal.
Lima. 1989



Leer el breviaviario de María Koepeke, Aves del Departamento de Lima nos coloca frente a la obra de una personas con extraordinaria sensibilidad.

Sus breves textos que caracterizan a cada ave van acompañados de 313 finos dibujos a tinta negra realizados por la autora, y dicen mucho del amor que ella sentía por las aves y la naturaleza.

Debido al artículo que Gunther Niethammer le dedicara postumamente ("María MikuJicz-Radecki de Koepcke" en: Boletín de Lima. No. 7 Julio 1980 pp. 54-62) nos enteramos que: "las observaciones en campo abierto acerca de la estada y forma de vida de las aves le eran más gratas y más importantes que el sutil estudio de las pieles de aves. El gozo que ella experimentaba en tales estudios queda evidenciado por los innumerables, excelentes dibujos de las plumas, con las que ha señalado a tantas aves peruanas y los modos como se conducen. Idéntico placer le daba llegar a conocer las voces de las aves y su significado, lo cual puede haber tenido su fundamento en el gran talento musical que tenía (Ella tocaba el piano con virtuosismo).
"María Koepcke tenía vínculos muy entrañables con los seres que eran objeto de sus estudios, y esto se notaba muy claramente en su afán para dar a cada ave un nombre característico.
Aún cuando primeramente llegaba a conocer solo la voz, sin poder acercarse al ave misma para hablarle, hallaba siempre de inmediato nombres acertados como p.e. Pirolpfeifer:

(Silvador de oropéndolas) - Grallaria ruficapilla
Hing-Hüng:
Catharus fuscater caniceps
Quietschvogel:
(Ave chilladora) -Atlapetes torquatus.
Sinsenknarrer:
(Ave rechinadora) – Phleocryptes schoenobaenus
Mitteldrosselsanger:
(tordo cantor del muérdago) Cyclarhis gujanensis virenticeps
krachzqualer:
(Atormentador Graznador)
Bergbachschlanger:
(Cantarín del arroyo del monte)

Guardo conmigo una copia de las voces de aves peruanas grabadas por ella misma in situ.

Toda una vida dedicada al estudio de nuestra ornitología y ecología al lado de su esposo Hans Koepcke.

Lo mínimo que pude hacer es dedicarle mi canción pájaros en recuerdo y homenaje a su gran labor a favor de las aves y la naturaleza.






Pájaros
(vals – canción)
A. María Koepcke.



Pájaros que nos llevan la luz
a los lugares más secretos del ser
persiguen la ruta
y consiguen la fruta
sin preguntar por qué.

Pájaros que persiguen la luz
entre lugares y mares están
el tiempo los protege
y el sol los enloquece
maravilla del cielo son

si su vuelo leve es más extenso
si su canto breve es más intenso
flechas alegres cubren los desiertos
con su plumaje pintan el silencio.

Con la alborada los pájaros cantan
la extensión de su canto nos alcanza
toda la claridad de horizonte
Arco Iris en su plumaje ávido.
Y el clarear o al irse el sol
Ellos surcan el espacio azul

Huyen del hombre porque los retiene
y el árbol llora cuando no los tiene

volátiles y pendencieros son
se avalanchan o se abruman
frágiles como el canto
deshechan el quebranto
maravilla del cielo son.



























































Guardian Del Aire





















Nunca olvidaré la situación creada por un alumno que subió a recoger su gorra prendida en las ramas de un árbol.

El Director lo vio y se acercó para amonestarlo. Con voz enérgica le dijo que no podía subir al árbol porque “es muy tierno todavía”, “has de cuenta, hijo –le decía- que te jalaran con fuerza las orejas y los brazos. Así se siente el árbol cuando subes en él”. Y esta fue mi primera clase de ecología.

Años después, conversaba sobre el tema del árbol con Juan Foronda y por él me enteré que no existe ningún principio o ley física que explique la asimilación de agua y nutrientes y su traslado desde las raíces hasta la copa de los árboles.

La poesía me ayudó a comprender las relaciones que las personas establecemos con los árboles. Leí un cuento extraído de la tradición oral de una tribu amazónica en la que se narra la historia de un hombre que tiene contacto sexual con un árbol y éste queda “embarazado” y se va hinchando y dentro de esa forma globular parecida a un vientre va creciendo el feto, hasta que transcurrido el tiempo se abre la corteza para “dar a luz” a un hombrecito.

En los años 70 tuve un disco LP de Joan Manoel Serrat dedicado a Antonio Machado y quedó en mí la imagen musicalizada de “A un olmo seco herido y en su mitad podrido”. Esta grabación me hizo reparar en la fuerza que adquiere una letra (o un poema) cuando acasala con la música apropiada.

En el Perú escuché el vals del compositor piurano Rafael Otero López “Mis algarrobos” interpretado por el conjunto Los Trovadores del Norte.

“Verdes mis algarrobos verdes
verdes como el color de la esperanza”

Por esos mismos días se escuchaba la voz del cantautor argentino Alberto Cortez:

“Mi árbol brotó
mi infancia pasó
hoy bajo su sombra
que tanto creció
tenemos recuerdos
mi árbol y yo”.

La poesía, “la otra voz del hombre” como la llama Octavio Paz, “basta escucharla para reconocerla”, nos ha dado versos y poemas enteros sobre el árbol y así es como puedo mencionar:

“Dichoso el árbol que apenas sensitivo”.



En “Lo Fatal” de Rubén Dario. Según Amado Alonso, casi todo el poema de Dario es una traducción de otro, cuyo autor es nada menos que el famoso pintor y escultor renacentista Miguel Angel Buonarrotti.

César Vallejo en Poemas Humanos tiene un solo poema dedicado al árbol: EL LIBRO DE LA NATURALEZA.


“Profesor de sollozo –he dicho a un árbol-
palo de azogue, tilo
rumoreante, a la orilla del Marme, un buen alumno
leyendo va en tu naipe, en tu hojarasca,
entre el agua evidente y el sol falso,
su tres de copas, su caballo de oros”.


Se trata de un poema que para un lector desprevenido –advierte Alberto Escobar en Cómo leer a Vallejo-podría pasar desapercibido, pero en el libro de la Naturaleza lo que el poeta hace es deslindar los campos que existen entre naturaleza e historia, por eso Vallejo como sujeto histórico tiene que verificar lo que hay debajo de la hojarasca y otro tanto hará con los naipes.

Neruda tiene muchos poemas dedicados al árbol y a la naturaleza, pero en su Canto General hay uno dedicado a los árboles americanos:


“América arboleda...
El jacarandá elevaba la espuma
hecha de resplandores transmarinos,
la araucaria de lanzas erizadas
era la magnitud contra la nieve,
el primordial árbol caoba
desde su capa destilaba sangre,
y al sur de los alerces
el árbol trueno, el árbol rojo,
el árbol de la espuma, el árbol madre,
el ceibo bermellón, el árbol caucho,
eran volumen terrenal, sonido
eran territoriales existencias”.



Tal vez el poeta que más se ha identificado con el árbol en toda la poesía hispanoamericana es Octavio Paz quien publicó su libro Arbol Adentro (1987) donde se lee:

“Creció en mi frente un árbol.
Creció hacia adentro.
Sus raíces son venas,
nervios sus ramas,
sus confusos follajes pensamientos.
Tus miradas lo encienden
y sus frutos son sombras
son naranjas de sangre,
son granadas de hambre.
Amanece
en la noche del cuerpo.
Allá adentro, en mi frente,
el árbol habla.
Acércate ¿lo oyes?


En el libro que Elena Poniatowska le dedicara. Octavio Paz: las palabras del árbol, señala que en su obra poética de 1935 a 1988 (313 poemas), la palabra árbol aparece 165 veces. Además de árbol, árboles, arboleda, también son una constante fresno, sauce, pino, chopo, eucalipto entre follajes, hojas, ramas, enredadera, jardines. “Eres un hombre siempre al pie de un árbol”.


Julio Cortázar, al referirse al desarrollo de su obra, la imagina como el crecimiento de un árbol:
“Hay curiosos fenómenos en los árboles que hacen que las ramas nazcan naturalmente en la dirección horizontal o más o menos horizontal pero a diferentes alturas. Es en este sentido que se cumple lo que llevo escrito”.















Después de mi salida de Chile en 1973 quedé un poco trastocado y los árboles que dibujaba eran así:



















En Sao Paulo, me lo hizo notar mi amiga CiÇa Fitipaldi ¿Arboles deshojados, sin frutos, otoñales? No podía ser, puesto que yo tenía veintitantos años. Había que notar la diferencia de los árboles que dibujaba cuando era niño.




















En el primer árbol se percibe como el reflejo de una persona con problemas, hay un pavor, un temor, un terror manifiesto en sus trazos. Mientras que el segundo tiene pajaritos, sonidos, música acompañando al árbol, se trata de una imagen más real, más viva.

En Río de Janeiro conocí, a través de Ruth Kelson, al Castor, Antonio Soares Martins de Almeida, un antropólogo que, sea por ancestros –era de Minas Geraes- o por propias convicciones, estaba inscrito en la correinte ecologista.

Me prestó un libro interesante “La Vida secreta de las plantas” y me invitó a conocer el Jardín Botánico: recuerdo su fachada aproximadamente así:















El Jardín fue fundado en 1808 por el Rey Don Joao VI para aclimatar plantas de la Real Fazenda.


























Desde sus inicios ha permanecido como un lugar de mucha tranquilidad. Tiene 137 hectáreas y la parte más atractiva son sus avenidas de palmeras reales con 30 mts. de altura, pero también hay monos, perezosos y gran variedad de aves.

La verdad es que enamoré del lugar con sus 7,000 especies arbóreas de todo el mundo, y sus fichas técnicas, lo que me permitía viajar continuamente de un hemisferio a otro, y de un país a otro.
Ahí se encuentran los ágaves y cáctus de México junto a una escultura de la diosa Xochipili. Palmas de Malasia, abetos de europa, pinos canadienses y la higuera de la India, el árbol sagrado de los hindúes, un árbol de baja estatura como un Buda: en la herida de su centro caen abundantes higuitos como pequeñas lagrimas oscuras.

El castor me prestó para que leyera “O menino do dedo verde” de Maurice Druon, un cuento ecológico para niños que, años después, en Lima, traduje al castellano.
También me mostró una joya bibliográfica: un libro de plantas medicinales de la India publicado en Calcuta en 1680.

De esos años cariocas, guardo un poema de Henriqueta Lisboa, ARVORE de su libro Além da Imagen



Àrvore, teu sinete:
tua força na terra, as fundas garras
teu pensamento no alto, erecto o corpo.
Tua alegría ao vento, as folhas soltas.

Àrvore, teu destino:
Essa renuncia, espirito em silencio
a garminar sementes para o tempo
Esse oficio de doar –doce espesura
de resina e de sangue e de agasalho.
Essa equanimidade no viver
o puro berço e o leito pegajoso.

Àrvore, teu fastigio:
Essa beleza, gesto trascendente
acima do horizonte pela graça
de atar e desatar as longas tranças.
Essa beleza vinda de teu cerne,
O róseo cerne a veios trabalhado.
Seiva de amor em prometida carne.
Àrvore, teu misterio a surpreender.


Arbol, tus lagrimas
Tu fuerza en la tierra,
Tus hondas garras
Tu pensamiento en lo alto
Tu cuerpo erecto.
Tu alegria al viento,
Tus hojas sueltas.

Arbol tu destino.
Esa renuncia, espiritu
en silencio
De germinar semillas
para el tiempo
Ese oficio de donar
dulce espesura
De resina de sangre
y de cobija
Esa ecuanimidad
de vivir;
El puro suelo y el lecho
pegajoso
Arbol, tu elevación.
Esa belleza, gesto
trascendente
sobre el horizonte por
la gracia
de atar y desatar
tus largas trenzas
Esa belleza venida de tu cuerpo
Rósea madera a fibras trabajada.
Sabia de amor en
prometida carne
Arbol, nos sorprende tu misterio.

Barbara D’Achille, fundadora del periodismo ecológico en el Perú, escribió tantas páginas sobre la conservación de nuestros recursos naturales y denunció la depredación y el mal uso de las reservas de nuestros ecosistemas.

Hay una crónica que tiene que ver con nuestro tema y se titula:

Porque el Arbol es la Vida Misma
“Si uno se detiene a observar un árbol, sobre todo si es
un árbol grande y majestuoso, no puede dejar de asombrarse
ante una de las obras más maravillosas de la naturaleza.
Si uno busca compararlo con alguna de las obras del hombre,
podría pensar quizás en una catedral gótica, cuyas líneas se elevan buscando el infinito.
Si uno va más allá, con ayuda de la imaginación puede percibir
que el árbol respira y con ello purifica el aire,
que su mecanismo de fotosíntesis genera energía;
que cada una de sus células almacena nutrientes y humedad.
La fascinación aumenta ante la utilidad del árbol; no sólo
preserva y mejora la tierra donde crece, sino que sus raíces,
tronco y copa albergan una enorme variedad de seres.
Se puede decir que el árbol es el símbolo de la vida misma”.

Revisé las publicaciones del Proyecto FAO-Holanta, v.gr., El Arbol y el Bosque en el Mundo Andino, de Juan Ansión, cuyo prólogo de Chris van Dam es un ensayo filosófico sobre la conservación del árbol. El Manual de Agroforestería de Carlos Reynel y otras publicaciones del mismo proyecto donde encontré un artículo titulado: Cómo crecen los árboles, cuyos autores son: P.G. Cannon, J.L. Venero y L.A. Guevra. Ellos señalan que:

“El crecimiento del árbol empieza con la germinación de la semilla”.
Con el desarrollo de la hojas, la planta empieza a formar su propio alimento, que es necesario para seguir creciendo. La generación de nuevas células en las yemas causa el crecimiento del árbol en altura y prolongación de las ramas. La multiplicación de la lámina de las células dentro de la corteza es la responsable para la formación del tejido leñoso, que conduce agua y nutrientes desde el suelo hacía el follaje, y para la formación de más tubos para el transporte de alimentos.

El ciclo es completo, cuando en el árbol se forman flores y éstas se fertilizan para producir frutos que contienen las nuevas semillas”.

En uno de los primeros números de la revista literaria española QUIMERA vi un dibujo que llamó mi atención: un árbol que en lugar de raíces tenía un par de manos inmersas bajo tierra.







Guardian Del Aire
(jazz)


La tierra ya está preparada
con abono suficiente
y humedad equilibrada

Ya puesta la semilla en su casilla
comienza a hincharse y a crecer
hacia adentro las raíces
y hacía afuera las hojas.
Que nadie se interponga
en ese crecimiento
y llegará el pequeño
a erguirse en arbusto
y como todo niño
requiere de cuidados.
Que no se tuerza
que no se enferme
y que pueda reírse de las plagas
se hará adolescente
hasta llegar a adulto.
Ya es un árbol hermoso
con grueso tronco
y corteza estriada
frondosa copa, hojas, flores
y frutos.

Todo un señor dueño de su área verde.

El cuidador del aire le llaman
da vida a pájaros y plantas.
Guardián del aire,
limpia los pensamientos
da vida a insectos y a bichos
de todo tipo y color.

Nadie podrá negar
después de caminar
bajo el pesado sol
de mediodía.

La sombra del árbol
es una lotería.





Jacques Couesteau: El Nuevo Neptuno





Fue a través de los filmes documentales realizados en las aguas del planeta que conocí a Jacques Cousteau.
Ver el fondo de los mares y observar su comportamiento es una experiencia fascinante.
Las películas de Cousteau eran proyectadas en la TV a medio día y las presentaciones estaban a cargo de la periodista Alfonsina Barrionuevo.
Por aquel tiempo no podía asistir a la completa proyección de los filmes porque a esa misma hora tenía que salir de casa para dictar clases.




Finalmente, un 18 de setiembre de 1991 me salió de un tirón y sin correcciones la letra unida a la música en compás de blues.

La canción fue creada a partir de imágenes de los filmes de Cousteau, pues una vez compuesta la canción fui encontrándome con libros de Jacques Ives Cousteau, o artículos en revistas dedicados al gran marino.

También tuve la suerte de que algunos amigos que grabaron filmes de Cousteau me permitieran verlos completos.
Así pude asistir a la proyección de EL MUNDO DEL SILENCIO, largometraje convertido en una verdadera joya cinematográfica por el que Cousteau recibiera La Palma de Oro en el Festival de Cannes, 1956.

Me fui enterando que antes de realizar EL MUNDO DEL SILENCIO, Cousteau filmó una serie de cortometrajes:

“A 18 metros de profundidad” (1942)
“Restos del Naufragio” (1945)
“Paisajes del Silencio” (1947)

Después de hacerse famoso con el premio del Festival de Cannes. Cousteau realizó otros documentales importantes:

“El mundo sin sol” (1964)
“El viaje al fin del mundo” (1976)

En varias obras de Cousteau encontré fotos que muestran la evolución del joven que llegó a convertirse en gran marino, ecólogo, inventor de aparatos qu revolucionaron la tecnología de inmersión acuática.

En Los Secretos del Mar, edic. Urbión Madrid, 1982. Cousteau nos dice lo siguiente: “Hace cincuenta años que consagré mi vida al mar. Medio siglo, en cuyo transcurso he aprendido el oficio de marino, surcando todos los océanos del mundo, explorando en inmersión las maravillas escondidas bajo las olas y creando un equipo de hombres tan entusiastas como yo. Juntos hemos diseñado nuevos aparatos, fotografiado y filmado el comportamiento de la mayoría de animales marinos, compartido nuestro entusiasmo y nuestro amor por el mar con millones de telespectadores del mundo entero. También hemos visto surgir la contaminación y destrucción que hoy amenaza a ese medio tan frágil pero tan indispensable para nuestra supervivencia y nos hemos lanzado con ilusión a un combate encarnizado para salvar el mar de la ignorancia e incuria de los tecnócratas de nuestra época.
En el curso de estos años llenos de aventuras he intentado aunar una curiosidad casi poética y una actividad científica muy realista. Sólo esta combinación permite lograr una visión global, imprescindible para comprender las realidades de hoy y las posibilidades de mañana.

Todavía queda mucho por hacer en el campo de la exploración y estudio de los océanos, ya que constituyen un mundo lleno de sorpresas; sorpresas promisorias y amenazantes.
Los filósofos sueñan con una civilización del mar, mientras los economistas valoran sus riquezas.
Yo siento la necesidad de intentar un arbitraje entre esos sueños y –como buen marino- establecer, en cierto modo, el punto medio”.

En 1997 año de su deceso se publicaron muchos homenajes como es normal tratándose de la persona que fue. Sentí mucho su muerte.

Cuando fallece una persona de la talla de Jacques Yves Cousteau, uno desea que continúe viva porque todas sus acciones son positivas y los fines que persigue son para beneficio de la humanidad.

La canción que compuse sólo desea que al ser escuchada por otras personas, lo recuerden y continúen su ejemplo.

Concientizar a la población en la conservación de la vida y los recursos naturales, evitando la destrucción del medio ambiente: He ahí la tarea!.





* Quiero agradecer de manera especial a la viuda de Cousteau, por autorizarme a difundir la cancion que dediqué al gran marino.



























Jacques Cousteau: El Nuevo Neptuno
(Blues)


El Calipso se desplaza
por aguas tropicales,
por aguas boreales,
por aguas glaciares.

Ahí va Jacques Cousteau
ahí va Jacques Cousteau
con su equipo de sondeo
con su equipo de buceo

Ya los hombres rana
se lanzan al agua
tienen que filmar
ese mundo escondido

Ahí donde hay tortugas
también hay pejes sapo
anchoas, carpas, nutrias
si están en algún río.

Y ahí viene Jacques Cousteau
detrás de una ballena
lo sigue un tiburón
con una tintorera.

Viene una secuencia
que es muy peligrosa
porque los tiburones
se han enfurecido.

Hay un gran desorden
en el fondo del mar
hay un gran desorden
en el fondo del mar

En el mar Caribe
son los tiburones
y en el mar rojo
son los camarones.

En el Atlántico
hay manchas de petróleo
y en el Antártico
y también en el Báltico.

En el Amazonas
fueron los bufeos
y en el pacífico
todo es tan prolífico.

Ahí viene Jacques Cousteau
ahí viene Jacques Cousteau
los peces ya saben
que viene a filmarlos
por eso lo saludan
lo conducen, lo ayudan.

Y en tremendo caos
llega a imponer el orden
para que los peces
no vivan en desorden

Bravo Jacques Cousteau
eres un dios marino
EL Nuevo Neptuno
te llaman los niños.

Y eres tan admirable
un genio de este siglo.

1 comentario:

  1. me podrias decir donde puedo descargar estas canciones que mencionaste porfavor

    ResponderEliminar