sábado, 21 de agosto de 2010

4.- “Canto porque el instante existe y ya mi vida está completa. No soy alegre ni soy triste: Soy poeta” (Cecilia Meireles)

Deja, Deja Nomás



Muchas veces al averiguar cómo pude crear determinado poema o canción, me di con la sorpresa de ignorarlo todo, hasta que poco a poco fui rehaciendo su modo de producción.


“Deja, deja nomás”, tiene una forma gráfica con la que inicialmente no encontraba sus orígenes, pero indagando pude hallarla.

Se sabe que de la nada no podemos obtener nada, pero también sabemos que existe la “nada útil” donde el vacío engendra la casa y una vasija vale por lo que se pueda depositar en ella, esto es, por su vacío o por su nada.









La Utilidad De La Nada

Treinta rayos convergen

Hacia el centro de una rueda,

Pero el vacío en el medio

Hace marchar al carro.



Con arcilla se moldea un recipiente,

Pero se utiliza por su vacío.

Se hacen puertas y ventanas en la casa

Y es el vacío el que permite habitarla.

Por eso, del ser provienen las cosas

Y del no – ser su utilidad





Durante largo tiempo anduve buscando formas poco usuales de expresión para mis poemas o canciones y eso creo haber conseguido al graficar primero el texto de “Deja, deja nomás” que nació en portugués y luego vertí al castellano para finalmente ponerle melodía con ritmo de festejo.

Por haber sido escrito el poema en Sao Paulo y originalmente en portugués, sospecho que tiene alguna conexión con el concretismo brasilero de los hermanos Haroldo y Augusto de Campos y Decio Pignatari.

Mi contacto intelectual fue con Haroldo de Campos, a quien agradezco sus consejos, y sobre todo su concepción de la “imaginación estructural” que él muy bien ha desarrollado en sus ensayos literarios.

Por esos años paulistas me hallaba a la búsqueda de materiales para la redacción de mi breve estudio:

“Trilce y la cerámica Moche” (*)

Indudablemente, los poemas de Trilce conllevan una carga poderosa de innovación y de ruptura contra las formas de la estética tradicional; Vallejo dice:

“Rehusad, y vosotros, a posar las plantas / en la seguridad dupla de la Armonía. / Rehusad la simetría a buen seguro.
(Tr XXXVI)


Me atreví a llevar lejos la comparación de algunos poemas trílcicos con los ceramios de la cultura Moche, y eso se debe a que:

“Si en la manufactura de un ceramio encontramos que las huellas de la técnica utilizada por los alfareros mochicas quedaron escondidas en las asas de los hombros, y el caso de Donnan es en la base, porque Tello las encuentra en la parte superior del cuerpo, en los poemas trílcicos son las palabras repetidas o las expresiones obsesivas que van sirviendo de amalgama y cohesión”.










(tao te ching)lao tzu*
* traducido por Onorio Ferrero. Editado por Ignacio Prado Pastor. Lima 1972.
* Vallejo: Formas ancestrales en su poesía. Ed. Marimba Lima, 1989 -2ª. Ed.1994



A ello también puedo atribuir que cuando tuve que crear una forma para afirmarme culturalmente, lo hice de manera espacial semejando una vasija o un ceramio y luego le puse melodía y ritmo afroperuano, pues, como bien ha señalado Heinrich Wolfflin en sus Conceptos fundamentales en la Historia del Arte (*) “ La evolución de lo lineal a lo pintoresco significa el avance desde la comprensión táctil de las cosas que hay en el espacio, a una intuición, la cual aprendió a confiarse de la mera impresión de los ojos; o dicho en otras palabras: La renuncia de lo aprehensible en favor de la simple apariencia óptica “.

(*) Jorge C. Muelle “Lo Táctil como carácter fundamental en la cerámica muchik”. Revista del Museo Nacional Lima, 1933.






































































































San Jose. Lambayeque
Pintura de Oscar Allain











San Jose


Niños todavía estudiamos en el C.E. No. 227 de la calle 8 de octubre, junto a la iglesia, en Lambayeque. Nuestra profesora tenía verdadera vocación. Muchas veces fuimos al campo a clases al aire libre: identificar árboles, clasificar hojas, cazar insectos, observar animales y dibujarlos. Una mañana nos llevaron al Municipio para leernos el Acta de fundación de la ciudad. La lectura del acta se inicia con la leyenda de Naymlap, el misterioso soberano que vino del mar. Una de las más bellas leyendas de Lambayeque, con profunda significación histórica, donde Cabello de Balboa, dice que en época remota arribó a las playas de la actual caleta de San José, al pie de la desembocadura del río Faquisllanga (río Lambayeque), una gran flota de balsas tripuladas por un cortejo de guerreros que tenían por jefe a un hombre de talento y valor, llamado Naymlap. Vestían paños de algodón y se maquilalban con polvos amarillos. Levantaron un santuario a su dios Yampallec que quiere decir estatua de Naymlap, un ídolo de piedra verde y de color turquesa. Luego de un gobierno sabio y felíz. Naymlap desapareció, se perdió o se trasformó en pájaro y voló al cielo. Su hijo Cium, heredó la corona, agrandó el reino y dejó maravillas en orfebrería, cerámica y tejidos. Su cultura se extendió en su apogeo, desde Tumbes, al norte, hasta Pativilca, al sur. Durante el reino de Tempellec, el demonio, envidioso de la felicidad, apareció en forma de una hermosa muchacha y condujo al rey y a su pueblo a la ociosidad y a la búsqueda del placer. Descuidaron los sacrificios y se atrevieron a retirar la estatua de Naymlap. Dios entonces decidió castigarlos y envió un diluvio de agua y fuego que los borró de la faz de la tierra.
En el verano solíamos ir de Lambayeque a San José en camiones, camionetas, carros. Salíamos de mañana y volvíamos de tarde o de noche. Eran los domingos de playa. Niños todavía ayudábamos a empujar los balandros y botes cargados de pescado. Los pescadores nos premiaban con uno o dos pescados que casi no podíamos cargar. Era nuestro aporte al almuerzo. Después, todo era nadar y nadar y bucear mar afuera hasta ver los botes y casas pequeñitos. Volvíamos sobre las olas, en sus colchones de agua. De esos años recuerdo un sueño: "La gente regresaba de la playa. Unos vehículos enrumbaban a Chiclayo, y otros, a Lambayeque. Yo me quedé solo caminando en las arenas y el atardecer. Oscurecía lentamente y de pronto me encontré en un cruce de caminos donde pude ver las huellas de los vehículos. Me detuve a oler en el viento. ¿Cuál será mi camino de regreso? me preguntaba. El viento se veía en las nubes de arena y fui sintiendo el paso del crepúsculo: la palpitación del tiempo en las tibias arenas. El viento me mostraba un camino a través de la oscuridad y lo fui siguiendo hasta divisar las luces de la ciudad.”
He dedicado San José a la arqueóloga Rebeca Carrión Cachot de cuyos estudios, artículos y libros algo ha quedado en la letra, de otro lado, nutrida también con lecturas de los poetas neohelénicos Constantino Kavafis y Giorgo Seferis. La parte musical debe su aporte al talante de Dorival Caymi, Caetano Veloso, Milton Nascimento, el Samba brasilero y la música antillana.










San Jose (Cancion)
A Rebeca Carrión Cachot


Caminando por las playas
Una noche me encontré
Con personas de otro tiempo
Que habían vivido aquí.
Ví una inmensa fogata
Un templo con un altar
Un sacerdote mostrando
Los pasos de su ritual.
Era una noche de luna
Y no había oscuridad
La playa abierta al silencio
Y el mar con su intensidad.
Entre todo ese gentío
Pude hablar con Tempellec
Ceramista que transpuso
Todo el cielo a su labor.
Cada uno hace lo suyo
Me dijo este buen amigo
Me presentó a su pareja
La hermosa Ceternic.
Tan maquillados estaban
Y tan contentos hablaban
Y al ir amaneciendo
Iban desapareciendo.
Besé la mejilla de Ceternic
Y abracé emocionado a Tempellec
Quien me dijo: "Fíjate bien,
La luna se está ocultando
Y el mar crece. Las Pleyades
Aparecen y hay más peces.
El indio huele flores
No las corta. Si encuentra
Peces muertos por las playas,
Los cubre y pide a todos
Sus espíritus
Que brillen nuevamente en ese mar".


Junio, 84.

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