sábado, 21 de agosto de 2010

3.- “El cantar tiene sentido entendimiento y razón” (Violeta Parra)

Con Amor


Al indagar cómo compuse con amor quedé sorprendido por su tan singular proceso de creación. Si la creación es parte de un interés o de una inquietud muy concentrada para dar respuesta a determinadas preguntas, el camino de su concretud tiene sus propias sinuosidades.
Al revisar los géneros de la canción peruana encontré uno que es muy especial. Me refiero al Yaraví.

En la década del 70, y para ser más preciso, el año 78 vivía en São Paulo, y fuera del Perú uno continúa llevando interiormente “Su Perú”, motivo de permanentes indagaciones y preguntas. Mis lecturas de la Revista Folklore Americano: los trabajos de Consuelo Pagaza Galdo sobre el Yaraví arequipeño y los de Josafat Roel Pineda sobre el Huayno del Cusco. Son momentos en que uno quiere poseer la verdad y/o la razón que despeje las incógnitas propias de la adolescencia. Es constante la pregunta de dónde venimos y hacía dónde vamos. Y, sobre todo, la otra pregunta que nos mece: ¿Qué es el Perú? Cuya respuesta certera dio Marco Martos a unos niños que lo entrevistaron:



El Peru (*)

No es este tu país
porque conozcas sus línderos,
ni por el idioma común,
ni por los nombres
de los muertos.
Es éste tu país.
porque si tuvieras que hacerlo,
lo elegirías de nuevo
para construir aquí
todos tus sueños.





Siendo una de las constantes de mi vida la música popular, por no decir la música en general, y luego de leer un breve artículo de Toño Muñoz Monge en la revista Coliseo, me puse a meditar y a recordar los Yaravíes que escuché de Los Dávalos y en las picanterías de Arequipa.





(*) Marco Martos. Leve Reino. Peisa 1996

El yaraví arequipeño proviene del “harawi” incaico, es una forma musical que subsiste actualmente como canción de imploración que se entona en diferentes circunstancias como matrimonios, despedidas, siembras, etc. Don Diego Gonzales Holguin en su VOCABULARIO DE LA LENGUA GENERAL DE TODO EL PERU, LLAMADA LENGUA QQUICHUA O DEL INCA (LIMA, 1608) define el término como sigue: Haraui y Yuyaycucuna o huayurina ttaqui: cantares de otros o memoria de los amados ausentes y de amor y afición y agora se ha recibido por cantares devotos y espirituales”. En efecto, señala Rodolfo Holzmann en su Panorama Tradicional de la Música del Perú, que la letra del Yaraví ha conservado el tema del mal de amores y en su forma mestizada se ha aclimatado con características muy particulares e inconfundibles, en Arequipa.

Pensando en las nuevas generaciones y en el género mismo me dije que debe haber una manera de mejorarlo, me refiero a cambiar sus contenidos porque a tanta pena de amor y a tanta mención a la muerte, no podemos seguir haciendo oídos.

Comencé a graficar la palabra YARAVÍ y la escritura, esto es, las letras comenzaron a tomar forma de montañas y se iban agrandando una tras otra, de tal modo que ante mi estaba la cordillera andina tan imponente con sus nieves perpetuas y sus volcanes. Volví a ver la ciudad de Arequipa y su campiña. El centro urbano con sus “pantorrillas de sillar” como la llama Hidalgo. Sus calles y plazas, iglesias y puentes, la catedral. El reverbero del sol en el atardecer crea espacios con una atmósfera ultravioleta que hubiera querido pintar Monet.

Continué las líneas de mi graffitti y las líneas de las montañas fueron descendiendo para formar un lago y era el Titicaca con sus embarcaciones de totora navegando, y otras en las
orillas, ladeadas, descansando.

Después de dibujar el lago y las embarcaciones comenzó a salir la letra y su melodía unidas en una canción que inicialmente llamé: YARAVÍ y con ese nombre la cantábamos en el Grupo CHASKI de São Paulo, donde mi amiga CiÇa Fitipaldi –a quien saludo cariñosamente desde esta página- me obsequió un hermoso dibujo coloreado de verdes con la figura de una sirena embarazada. Era la diosa de los ríos, la diosa de las aguas dulces: YARA de la mitología brasilera.

De este modo mis preguntas sobre el Perú, el Yaraví y otros temas nacionales se convirtieron en mi vals: CON AMOR
















Con Amor





Ten la sensación de un nuevo día
vive con amor que es nuestro sueño
la ciudad se abre tapizada por la luz
la gente va en busca de una vida mejor
los ojos de los niños se nutren del color
que nuestro ahora cambia entregando su calor.

Ten la dimensión de un nuevo día
canta con amor que es nuestro sueño
la realidad se muestra bañada por el sol.
La gente lucha siempre por mudar su agresión.
Cuida de los niños alimenta su creación
que descubran su mundo y lo hagan grande con amor.


Invitación

1968 fue un año muy importante para el siglo XX. Me tocó vivirlo en Santiago de Chile. Los estudiantes universitarios de casi todo el mundo mostraron su protesta a la sociedad por el envejecimiento de las ideas que seguían gobernando.

París Mayo 68 es un hito histórico lleno de manifestaciones violentas y enfrentamientos con las fuerzas del orden para que la sociedad termine por entender y aceptar que todos los actos de protesta tenían una razón justificada.

En Santiago conocí una chica con la que poco a poco fuimos amistando hasta llegar a ser casi pareja. Se llamaba Gabriela o Lela como se dice en Chile. Era una persona admirable. Estudiaba Decoración de interiores. Yo veía que siempre estaba haciendo sus maquetas y como descendía de alemanes podía leer a Thomas Mann en su idioma.

De esos años hay dos hechos que recuerdo claramente: un día llegué a verla como a las 9 a.m. y ella vestía un overol de los que usan los obreros. Le pregunté qué estaba sucediendo a lo que ella me respondió señalando a los fierros y sierras y otras herramientas "estoy haciendo una mesa para la sala" "ayúdame a llevar las cosas" y salimos del edificio ubicado en Providencia. Llegamos hasta el local de una construcción donde pidió prestado a los soldadores, la máquina con los electrodos y la máscara. Empezó a unir los fierros angulados de su diseño con el fuego de la soldadura, y finalmente estuvo terminado el esqueleto de la mesa. Los trabajadores se quedaron alelados al ver que una joven mujer bonita hiciera lo mismo que ellos. Se alegraron y la aplaudieron.

Regresamos al departamento y ya tenía preparado el tablero de la mesa en madera quemada. Puso los listones con mi ayuda y quedó perfecta la mesa de la sala.

Lela era muy creativa y, sobre todo, sus ideas las ponía en práctica. Por entonces, yo era un estudiante de literatura, aprendiz de poeta. Vivía un poco en las nubes. Lo cierto es que en otra ocasión le mostré RAYUELA de Julio Cortázar, la novela que no podía dejar de leerse en la edición de Sudamericana Bs As.

Al llegar al capítulo 7 lo leímos varias veces, y yo, una más en voz alta, hasta que finalmente conseguimos cerrar el libro.

Al día siguiente me llamó para contarme su nuevo proyecto. Quería hacer un póster con el capítulo 7 de Rayuela, lo que me pareció una idea magnífica.

Diseñó en 1 m2 de cartulina blanca el espacio para el poema de Cortázar y buscó una imprenta vieja cuyas cajas y tipos estaban olvidados.

Habló con el dueño de la pequeña imprenta y compuso la caja con el texto de Cortázar. El maestro estaba contento de ver que una mujer joven, bonita de cabellos castaño claro, casi rubio y manos finas estuviese armando la caja y limpiando los tipos caídos en desuso.

Este hombre maduro que había trabajado toda su vida en la imprenta rodó uno a uno los mil pósters que quedaron exactos. El texto en tinta negra sobre el fondo blanco de la cartulina.
Fue un éxito. En menos de un mes se vendieron, todos los pósters dejados a consignación en librerías, boutiques, bazares, bares, cafés, etc. De ella fui aprendiendo. Así que me dediqué a comprar libros usados y nuevos para colocarlos en librerías de amigos cerca de la universidad que también se vendían y me daban una renta.

Pienso que debí publicar, en esos años, un libro con fotos de cuando eran guaguas todavía: Marx, Engels, Lenin, Stalin, Mao arropaditos en sus pañales con sus biberones, acompañados de un anecdotario familiar. Seguramente hubiera tenido un éxito rotundo.

Pasado un tiempo, le mostré a Gabriela el poema de Vicente Aleixandre "Mano entregada" de su libro Historia del Corazón en el que se percibe la huella anterior del capítulo 7 de Rayuela, pero ella no mostró el mismo entusiasmo. Andaba en otros proyectos.

Puedo ver nítidamente: fue en su biblioteca que conocí el libro de Otto Klein La Cerámica Mochica. y años después lo utilicé en mi ensayo "Trilce y la cerámica Moche", y esto ya fue en Sao Paulo, donde leí un poema de Nelson Ascher: CATULO XXXII en la revista POLIMICA No. 2. 1980. Es un poema erótico cuya característica principal reside en la unión de las palabras. También escuché una composición de Silvio Rodríguez "El Rey de las Flores" de melodía amimutada.

Todos esos ingredientes fueron licuados y procesados por mi inconsciente o por ese lugar especial de donde procede la creación, y un buen día afloraron el texto y la música unidos en forma de cuadro o de póster, había llegado INVITACIÓN con la forma musical de un minué

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