Cafuné
A Vinícius de Moraes
y Antonio Carlos Jobim
en la eternidad
de su música.
"Mientras a lo lejos
la figura de una bañista (¡que tristeza
sin fin volver de la playa!)
Atravesaría lentamente la calle
arrastrando una sombrilla roja
(Poema de Auteil)
Vinícius de Moraes
El choro brasilero es un género musical popular de gran arraigo en un multitudinario sector de la población brasilera y especialmente carioca. Muchos son los músicos que han compuesto y componen melodías sobre esta forma estable proporcionada por el choro, que traducido literalmente a nuestra lengua viene a ser: lloro o llanto.
El choro puede ser bailable o para escuchar. Es interpretado por conjuntos de cuerdas: cavaquinho (punteando la línea melódica) y guitarra (con bordones acentuados en el acompañamiento). En la percusión: pandereta (llevando el sincopado 3x4) y en los metales, flauta y flautín. Hay combinaciones como la de Villalobos en el Choro No. 2 para flauta y clarinete. Poco escuché choro cantado, aunque Carinhoso de Pixinguinha es todo un himno. Curiosamente, el Choro No. 1 de Villalobos fue el primero que escuché el año 1967 y se debió a la gentileza de Alonso Acosta Ojeda que por esos años estudiaba guitarra clásica en el Conservatorio con el profesor Juan Brito.
Quedé sorprendido con "sus ritmos y contrarrítmos y con las síncopas muy propias de esa música" (*). El Choro No. 1 de Villalobos para guitarra en estilo brasilero es una pieza
clave para cualquier guitarrista que se preste de tal en cualquier lugar del planeta.
He escuchado tanto choro y chorinho en mis años brasileros, pero mi memoria guarda el Choro Negro que Paulinho da Viola compuso en Alemania, donde encontramos belleza y profundidad espiritual, y el Lamento de Pixinguinha en la versión de Jacó do Bandolim, verdadera joya musical por la sutileza en la digitación interpretativa de ese mago del instrumento.
Ahora viene la otra parte, y ¿Por qué Cafuné? y aquí entramos en otro aspecto de la canción, esto es, en el orden de las palabras y su significado, y es que la palabra Cafuné no tiene traducción en nuestra lengua. De la misma manera que saudade no tiene traducción, tampoco la tiene Cafuné.
A continuación ofrezco mi versión de un célebre estudio realizado en base a la palabra Cafuné.
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(*)STORNI , Eduardo.Villalobos.Espasa Calpe, Madrid. 1987. p. 63
"Terminadas sus actividades cotidianas se detuvo a paladear una palabra mientras pasaban carros y otros vehículos motorizados. La tarde avanzaba hacia el crepúsculo de la urbe con sus avenidas superpobladas de edificios llenos de luz. Desde una de las colinas del barrio Perdizes apreció el movimiento de la ciudad y volvió a reparar en la palabra que lo inquietaba: CAFUNE, de origen yoruba como otras que él conocía: CAFUSO, CAFUNDO, pero la que más llamaba su atención era CAFUNE ¿Por qué? se preguntaba él mismo, y rascaba su cabeza con la yema de sus dedos, frotaba suavemente hasta agregarle un sutil rasguido de uñas al cuero cabelludo y sentía unas ligeras cosquillitas. Notó que el efecto producido no es el mismo cuando uno lo hace, que cuando es otra persona la encargada, y esto era importante y suficiente para él que hasta el momento se sentía atrapado por ese rasgo cultural.
Revisó la poesía erudita brasilera y no consiguió lo que buscaba. Sólo en la poesía popular afrobrasilera obtuvo testimonios en refranes, dichos populares, coplas y se repetía que en la práctica, la importancia de un hecho es relativa tanto entre individuos como entre grupos humanos y tuvo que volver a la cultura francesa para confrontarse. Recordó un poema de Rimbaud donde sus hermanas le están sacando los piojos y el poeta siente unas cosquillitas que le bajan por la espalda y lo relajan, lo tranquilizan. El poeta había captado sensaciones que materializó en sus versos.
Entonces, vislumbró el punto de apoyo conseguido para mover y remover la historia y significados de la palabra que tanto lo inquietaba.
Tuvo que revisar la literatura escrita por viajeros franceses a Brasil con testimonios de un fenómeno curioso a vista de ellos: las amas, después de almuerzo, se sientan al sol en sus poltronas donde son atendidas por su servidumbre africana.
En ningún lugar de América Latina, la clase dirigente tuvo mayores engreimientos y gollerías que en Brasil, pensó, mientras fichaba los datos proporcionados por viajeros, artistas, dibujantes.
Las negras y sus amas se situaban en una economía latifundiaria propia de la época colonial. Pero, y ¿Por qué les rascaban la cabeza?
El sabía que en lo agradable de ese gesto tenía que haber una utilidad y comenzó a revisar informaciones psicoanalíticas sobre el simbolismo erótico de la cabeza, sobre las observaciones fálicas ya estudiadas.
También le quedó claro que frotar y rascar suavemente con los dedos de la mano la cabeza tiene implicaciones eróticas, amorosas, y dedujo que los matrimonios de esa época eran impuestos por los padres con la finalidad de ampliar el poder familiar apoyado en la propiedad de la tierra: una economía esclavista de inmensas plantaciones.
La servidumbre negroafricana trajo consigo la palabra que servía para acariciar y adormecer a las personas y proporcionar un renovado estado de ánimo: un reciclaje energético, una ayuda, una suplantación y ¿Por qué no? había una razón de ser para la palabra cafuné tal como estaban establecidas las relaciones de pareja en aquel tiempo.
Vio con demasiada claridad que los estudios sociológicos estaban divorciados de los psicoanalíticos por intereses políticos, pero él tenía que llevar adelante sus investigaciones así que estableció un puente entre sociología y psicoanálisis.
La palabra cafuné continuaba en su paladar acompañando los sorbos de café, las volutas y anillos emanados de su tabaco brasilero; por lo demás, había concluido su trabajo y tecleando su querida REMINGTON fijó el título sobre la blanca página: Psicanálise do Cafuné, y firmó: Roger Bastide."
Hasta aquí hemos acompañado el viaje realizado por Roger Bastide a través de la palabra cafuné. A continuación, veremos las estrofas que conforman el cuerpo de la letra en la canción.
La primera octava comienza con la lectura de la palma de la mano, viendo la vida que ha pasado entre intenciones, proyectos, ilusiones: todo ese tiempo-espacio transcurrido y no visto o no aprehendido, antes de atravezar la curva de los años.
Hay un paisaje marino que puede estar marcando un eterno presente: lo que siempre se encuentra allí: olas, mar, gaviotas, viento, piedra, sol, espacio, tiempo: la vida entera y el amor.
Podría decirse que el eterno presente del paisaje contemplado por el personaje de la canción se encuentra distante de él y no consigue incorporarlo a su vida interior.
En la segunda estrofa se continúa mostrando las líneas de la mano y aparecen la luna y la arena brillante. Atardeceres quietos e incendiados por ese instante que no siempre pudo hallarse: el camino, la andanza y un cerco de preguntas y la canción que suele escucharse tantas veces y de tanto escucharla provoca hastío, soledad o vacío.
Veloz tan velozmente el pensamiento y la premura que discurre acompasando la vida.
El resultado de la lectura de manos, nada ofrece hasta el final de la segunda estrofa, ninguna respuesta, pero en el balance de esa lectura tenemos que quien lee manos también tiene que ofrecer una alternativa a la persona que busca respuesta a sus preguntas, y en este caso, la respuesta se encuentra en el verso pareado final, esto es, en otras manos, en manos femeninas cuya ternura se denomina cafuné.
Debo dejar sentado que el poeta Enrique Lihn inicia su poema "Varadero de Rubén Darío" con el siguiente verso: 'Cuidate de tus emociones que ellas pueden acabar con tu poesía'.
Nosotros hemos querido homenajearlo al parafrasear sus versos con música de choro:
"Cuida bien tus emociones no lo olvides", agregando el sentido que define nuestra canción:
"ellas deben encontrar su cafuné".
La creación tiene sus propios mecanismos y en el caso de la canción debe haber un equilibrado acasalamiento de letra y música; este afinamiento es producido por la combustión particular de cada compositor.
En el proceso de creación del choro cafuné hubo una proximidad de dos fenómenos complementarios de una misma cultura, la brasilera, asimilados por mí a partir del deseo y la curiosidad.
Esta palabra-gesto: Cafuné, ayuda amorosa y cariñosa, suavemente dicha con las manos, es una bella palabra desprendida de labios de mujeres brasileras. Cuántos amores furtivos, detenidos, callados, escondidos, mostrados, encierra esta dulcísima palabra en ese idioma sensual, musical y abrasadoramente amoroso.
De ahí mi recuerdo y homenaje en esta canción choromingada.
C A F U N É
(Choro)
Y en la palma de la mano ves tu vida:
las intenciones, proyectos e ilusiones.
Todo el espacio que no viste antes
de atravezar la curva de los años.
Vuelta a la ola a reventar entre las rocas:
la espuma blanca y las gaviotas quisquillosas.
Espacio, tiempo y mar toda la vida.
Viento, piedra y sol todo el amor.
Las líneas de la mano van marcando
la luna y la arena brillante.
Quietos atardeceres incendiados,
por un instante, tal vez, inencontrado.
Toda la andanza y un cerco de preguntas
y una canción escuchada tantas veces.
Veloz tan velozmente el pensamiento
con mucha intensidad se va la vida.
Cuida bien tus emociones no lo olvides
ellas deben encontar su Cafuné.
Homenaje A La Luna Llena
Fue en el verano de 1966 que llegò a Lima el poeta y diplomàtico colombiano Jorge Zalamea. Presentarìa su libro La Poesia Ignorada y Olvidada que obtuvo el premio de ensayo correspondiente al año 1965 en la Casa de las Amèricas de Cuba.
El acto se llevó a cabo en el local de la Casa de la Cultura ubicada en jiròn Ancash.
Durante la presentaciòn escuchamos la voz profunda del poeta, matizada de inflexiones que conseguìan despertar el interès de los oyentes al escucharla.
Continuando su lectura y hojeando las pàginas de su libro llegò a un poema que me quedò grabado para siempre. Dijo el poeta : “ En la tribu caxinana que habita en la amazonìa brasileña, vamos a encontrar una más alucinante interpretación cosmogónica. Ningún poeta dadaísta, surrealista o nadaìsta ha logrado, a mi parecer, suscitar tan graves cosas ni crear tan inesperadas imàgenes como las que nos propone este poeta desconocido; es decir, este pueblo- al explicarnos cómo fue para ellos, creada la luna.”.
“ El hombre se degollò y dejó ahí su cabeza.
Los demàs fueron a buscarla.
En cuanto llegaron, pusieron la cabeza en un saco.
Más adelante, la cabeza cayò al suelo.
Volvieron a poner la cabeza en el saco.
Más adelante, volviò a caer la cabeza.
Y otra vez pusieron la cabeza en el saco.
Más adelante, cayó otra vez la cabeza.
Entonces doblaron el saco con otro saco màs grueso.
Y, sin embargo, otra vez cayó la cabeza.
Menester es decir que llevaban la cabeza para mostrarla a los demás.
No pusieron ya la cabeza en el saco.
La dejaron en mitad del camino.
Y se fueron.
La cabeza corrió tras ellos.
Atravezaron el rìo.
Pero los siguió la cabeza.
Treparon a un bacupariseiro cargado de frutos
Para ver si la cabeza seguía adelante.
Pero la cabeza se detuvo al pie del árbol
Y les pidiò frutos.
Entonces los hombres sacudieron el árbol.
La cabeza fue a buscar los frutos.
Y luego pidió más.
Los hombres sacudieron entonces el árbol
De manera quelos frutos cayeran al agua.
La cabeza dijo entonces que allí no podía buscarlos.
Los hombres arrojaron entonces los frutos a lo lejos
Para apartar a la cabeza y permitirle que se fuera.
Mientras la cabeza iba a buscar los frutos,
Los hombres descendieron del árbol y partieron.
La cabeza regresò, mirò el árbol,
No vio a nadie
Y continuò rodando su camino.
Los hombres habìan quedado a la espera,
Por ver si la cabeza los seguìa
Y vieron como venìa, rodando, tras ellos la cabeza.
Corrieron,
Llegaron a sus chozas, dijeron a los otros que la cabeza
Llegaba rodando y que era menester cerrar las puertas.
Todas las chozas estàn cerradas.
Una vez llegada la cabeza ordenó abrir las puertas.
No las abrieron los amos porque tenían miedo.
Entonces la cabeza empezò a pensar en su futuro.
Si se convertía en agua, la beberían.
Si se convertìa en tierra, la pisarían.
Si se convertía en casa, los hombres la habitarían.
Si se convertía en buey, la matarían y comerían.
Si se convertía en vaca, la ordeñarían.
Si se convertía en harina, la comerìan.
Si se convertía en zanahoria, la comerían.
Si se convertía en sol, cuando los hombres tuviesen frío
( tendría que calentarlos.
Si se convertía en lluvia, las hierbas crecerìan y las bestias
( harían pasto de ella.
Entonces pensó y dijo: “ Voy a ser luna “
Gritó: “ Abrid las puertas, pues quiero llevar mis cosas “
Ellos no abrieron.
La cabeza lloró. Y gritó: “ Dadme, al menos,
Mis dos pelotas de hilo “.
Por un hueco le arrojaron las dos pelotas.
Las tomò y las lanzò hacia el cielo.
Todavía pidió que le arrojaran una pequeña varilla
Para enrollar el hilo que le permitiese elevarse.
Entonces dijo: “ Puedo subir, voy al cielo “.
Y comenzò a subir.
En seguida, los hombres abrieron las puertas.
La cabeza seguìa subiendo.
Los hombres gritaron : ¿ Te vas al cielo cabeza?
Ella no respondió.
Al llegar al sol, inmediatamente
Se transformò en luna
Hacia el atardecer la luna era blanca, toda linda.
Y los hombres quedaron estupefactos:
¡ La cabeza se había transformado en Luna ¡
Muchos años después, ya en Sao Paulo, tuve que caminar cuadras de cuadras hasta encontrar un parque o una plaza con espacio abierto para mirar la luna llena que siempre me dejaba atónito, impresionado, y conseguía mucha serenidad al observarla.
En una de esas noches verbalicé este poema:
La luna asciende lenta
Y se va hinchando
Y va quedando dentro de nosotros
Ella se eleva màs y nos quedamos
Con deseos de verla más de cerca
Y cantamos o reímos y andamos
Y sentimos las noches de cielo límpido.
Y la luna nos mira como si fuera una cabeza
Y la gente canta y danza y los gatos se muestran
Alunados
Como todos nosotros sobre la tierra
O a la orilla del mar.
Pasaron varios años y escribì un corto relato en tercera persona:
Caminaba solo por las calles cercanas a la Av. Arequipa en San Isidro. De pronto, escuchó las campanas de una iglesia y pensó que llamaban a misa. El momento en sus pasos entre turbado y confuso. El campanario que escuchó era el de La Comunidad de Cristianos ubicado en el ovalo de San Isidro. El reloj de la torre dio cinco campanadas. Se detuvo ante las rejas de la iglesia y miró al cielo celeste de la tarde. Un despliegue sereno de aves en forma de V le otorgó un poco de calma. El paso de vehículos no era recargado ni escaso. El cielo celeste invitaba a la expansión: a un lado estaba el sol marchando hacia el ocaso y en el lado opuesto se encontraba la luna llena de un color blanco casi transparente. Sintió deseos intensos de abrazar a una mujer, y se lo suplicó a la luna; la miró fijamente y se abandonó por completo ante ella. Le dijo: "Luna, tú que eres tan majestuosa y serena. Tú que a todos nos ves tan diminutos. Tú que irradias luz tan poderosa. Ayúdame a encontrar una mujer, ahora. Nunca antes he sentido tanta necesidad de una mujer, de su cariño, de su cuerpo, de sus cabellos, de sus palabras. Una mujer necesito, luna mía, ayúdame a encontrarla". Y la luna puso una mujer blanca y desnuda en el espacio. El color blanco de su piel iba tornándose perla. La mujer tenía dos aspectos, como si fueran dos mujeres en una sola. Tenía rasgos orientales y por su blancura parecía europea, francesa. La mujer estaba en el espacio, de perfil, completamente desnuda y al centro de la luna. Llegó un momento en que fue desapareciendo la mujer y la luna continuó en su resplandor maravilloso.
No puedo recordar la fecha exacta en que compuse mi Homenaje a la luna llena, sòlo recuerdo que comenzaron a salirme la letra con su mùsica unidas, pero se adelantó la letra y la melodía quedò en el tercer verso. La letra completa tuve que clavarla en la pared de mi cuarto y de vez en cuando la miraba y cantaba hasta el tercer verso, y en una de esas comenzó a salir el resto de la melodía y así pude llegar al final. Cuando reparé en toda la letra y su música unidas me di cuenta que habìa compuesto un hermoso tango.
Homenaje A La Luna Llena
Es la luna que aumenta las mareas
y crecen los ríos y las flores
abren sus capullos y despiden su alegre sabor.
Es la luna llena de nostalgias o pesares
recordados a la lumbre de un inquieto fogón.
Y la luna baila en el espacio sideral
y la luna ríe en sus contornos sin igual
y la luna esconde sus dolores
y olvida los rencores en su fina cicatriz.
Si no fuera por ella por la luna bella
que colgada lleva siempre una estrella.
No podría decirte ahora mismo amor
mi hermoso sueño hecho cuerpo con perfume natural.
No podría dejar en esta noche que mi lengua
deslice su deleite entre los dedos de tus pies
que entre a tus muslos en tus labios
que abra tus oídos y sientas mis jadeos de animal.
La luna llena favorece tu piel que quema más
y esta noche que tus ojos brillan como nunca
y tus cabellos que me piden más cariño y más amor
y más ansias de ser cuando ya al borde del abismo
somos el instante que vuelve a estremecer.
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