sábado, 21 de agosto de 2010

1.- P A L A B R A S L I M I N A R E S

El año 1973 estudiaba literatura en Santiago de Chile, pero el golpe militar que sufriera ese país tuvo repercusión en mi persona: truncó mi carrera profesional de profesor de literatura.
En Lima (1974) decidí dedicarme a unir poesía y canción y me hice : CANTAUTOR. Ese mismo año fui secretario de cultura de la SAYCOPE (Sociedad de Autores y Compositores Peruanos).
En Junio de 1975 comencé mi peregrinaje por la sierra sur peruana hasta Bolivia y Brasil. Fui dando recitales de poesía y canción, a la vez que publicaba artículos en periódicos y revistas.
En Brasil integré el grupo chaski de música latinoamericana.
Regresé a Perú en 1982 y continúo mi labor de cantautor dando recitales y haciendo publicaciones. Desde 1983 a 1990 trabajé como profesor de colegio (niños en educación primaria y secundaria).
He desarrollado una obra de canciones y cuentos infantiles :
Jacques Cousteau, Gusanito, etc.
Si en 1974 percibí que la música llega de fuera al Perú y esto se debe a que no poseemos esa industria, actualmente continúo afirmando con mi obra de compositor que la poesía unida a la canción tiene que renovar los géneros y el contenido de las canciones: la poesía tiene que ser cantada.
A Dios gracias me tocó el rayo de la poesía. Me ayudó a tener una visión más amplia y secreta de la realidad y a desconfiar de las verdades absolutas de la ciencia.
La poesía es, fue y ha sido mi norte: la brújula intuitiva con que pude vislumbrar otros espacios cuando enfrenté situaciones de soledad absoluta: sin casa, familia ni amigos. Ahí encontré el sustento de mi existencia y cuando en cierta ocasión me dijeron : “ Vas en la vida sobre un globo de cristal “. Alcé los hombros y contesté sonriendo : “ La vida es así y eso no es cierto “
El camino que va de la poesía a la canción me llevó a vivir en Santiago de Chile y Antofagasta. Después, peregriné de Lima a Rio de Janeiro y Sao Paulo. En Rio comencé a sentir que los filamentos de mis armonios interligaron el cerebro a mis oídos y el camino que va de la poesía a la canción comenzó a restablecerse.
Me dí cuenta que la poesía es gran matriz en la que estamos inmersos, pero cuando tenemos la suerte de que las palabras muestren su dimensión melódica, la vida se torna más apasionante y es que de meditación- escritura-lectura o recitación, la poesía se va transformando en canto, danza: rítmo melódico.
Entonces, la composición de poemas o canciones no es un hecho fortuito ni artificial, sino todo lo contrario, a veces se me imponen yendo más allá de mis propias convicciones : sus raíces son tan profundas y enigmáticas como las de la palmera.
Hay temas en que trato de averiguar sus orígenes ¿ Cómo salieron ? porque a veces sólo consigo reconocer parte de la letra o de la música. Me refiero a elementos reconocibles mediante una operación conciente.
Un ejemplo de lo que digo sucede con Canción del Ave Fénix, motivada por la película basada en la canción de Pink Floyd, The Wall, y la lectura del Manual de Zoología Fantástica de Jorge Luis Borges. Hay, además, un verso reconocible . “ al cruzar el Puente de Brooklyn “ que me recuerda la película del mismo nombre protagonizada por Gina Lollobrígida.
Cuando escribo un poema o una canción hay elementos diversos que convergen : circunstancias, lecturas, películas, músicas, sueños, conversaciones que llegan a nuclearse y se condensan con la primacía de un motivo, para salir casi siempre unidas la letra con la música. Digo, primeramente la letra, porque en ella puedo reconocer la música.

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